Ante las graves amenazas contra profesores y estudiantes de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, precisamente con quienes han asumido una postura crítica y vienen adelantando acciones de defensa de los Derechos Humanos y la Ética Pública por las violaciones y detrimentos que constantemente se causan en nuestro medio.
Estos hechos, resultan de extrema gravedad para la historia de la universidad pública de la región, que debiera ser el escenario propio de la pluralidad y la democracia. Evidencian además, cómo se ha venido instaurando de manera lenta pero segura en la UPTC el silencio cómplice y la tolerancia ante situaciones tan aberrantes, sin que se produzcan las alertas tempranas por parte de directivas, profesores, estudiantes y trabajadores.
No puede pasar desapercibido y sin mayor preocupación sucesos como éstos, a pesar de lo ocurrido con otras universidades del país, que se sometieron al dominio de fuerzas tenebrosas, sustentadas bajo las desapariciones, amenazas, asesinatos y el pleno manejo corrupto, lamentablemente, no sin la complacencia y/o sumisión de los estamentos universitarios.
No son suficientes, aunque importantes, las declaraciones de rechazo, sino que se hace necesario pensar en acciones preventivas concretas y realizar jornadas académicas de debate y confrontación en las cuales se visibilicen y analicen situaciones como esta, con la consecuente toma de las medidas necesarias para evitar que éste estilo siga tomando curso en la universidad pública.
Invitamos a las directivas y la comunidad universitaria a realizar actos relevantes en los cuales se manifieste abiertamente la solidaridad real y efectiva a los miembros de la comunidad académica frente a estas amenazas; y a generar propuestas y mecanismos de defensa y protección que blinden a la universidad en las libertades democráticas, la seguridad e integridad personales, la libre expresión, la movilización, la pluralidad y demás derechos.
Como Mesa de Derechos Humanos, a la vez que rechazamos categóricamente la situación de las amenazas exaltamos las acciones y expresiones por la defensa de la democracia, así mismo hacemos un llamamiento URGENTE para fijar las acciones que promuevan y afiancen la defensa y garantía de derechos con el fin de evitar llegar a situaciones tan lamentables y violatorias como los asesinatos impunes en un contexto de legitimación de la violencia en nuestro país.
Vemos igualmente necesario rechazar que al amparo y justificación de la política de seguridad democrática, y bajo informaciones deliberadas de sus organismos armados que aducen presuntas infiltraciones de “grupos terroristas”, pretende generalizar y estigmatizar a la comunidad universitaria, particularmente al estudiantado, haciendo que cualquier expresión crítica sea evidencia de pertenecer a fuerzas ilegales, legitimando su persecución y demás medidas represivas.
Tales intencionalidades se contraponen a un pensamiento democrático que precisamente se identifica por la libertad de controversia, de crítica, de oposición, de disentimiento, divergencia, movilización, protesta y demás; contrario al actual afán unanimista gubernamental y defensor de las deplorables condiciones capitalistas salvajes existentes; tal ejercicio no puede entenderse ni aceptarse como inspiración terrorista porque por ésta vía lo que se pretende es acabar con la democracia.
Reiteramos el llamado a la movilización de los sectores sociales y al compromiso institucional para adoptar acciones concretas que prevengan y contrarresten las condiciones de intimidación, persecución y subsiguientes hechos de desaparición, asesinatos selectivos y masacres.
Por el respeto y garantía de las libertades democráticas y la vigencia de los derechos humanos.
COLECTIVO DE DIRECCIÓN Y ORGANIZACIONES INTEGRANTES
MESA PERMANENTE POR LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS
Y LO PÚBLICO – DEFENSORÍA CIUDADANA
Tunja, septiembre de 2008
Estos hechos, resultan de extrema gravedad para la historia de la universidad pública de la región, que debiera ser el escenario propio de la pluralidad y la democracia. Evidencian además, cómo se ha venido instaurando de manera lenta pero segura en la UPTC el silencio cómplice y la tolerancia ante situaciones tan aberrantes, sin que se produzcan las alertas tempranas por parte de directivas, profesores, estudiantes y trabajadores.
No puede pasar desapercibido y sin mayor preocupación sucesos como éstos, a pesar de lo ocurrido con otras universidades del país, que se sometieron al dominio de fuerzas tenebrosas, sustentadas bajo las desapariciones, amenazas, asesinatos y el pleno manejo corrupto, lamentablemente, no sin la complacencia y/o sumisión de los estamentos universitarios.
No son suficientes, aunque importantes, las declaraciones de rechazo, sino que se hace necesario pensar en acciones preventivas concretas y realizar jornadas académicas de debate y confrontación en las cuales se visibilicen y analicen situaciones como esta, con la consecuente toma de las medidas necesarias para evitar que éste estilo siga tomando curso en la universidad pública.
Invitamos a las directivas y la comunidad universitaria a realizar actos relevantes en los cuales se manifieste abiertamente la solidaridad real y efectiva a los miembros de la comunidad académica frente a estas amenazas; y a generar propuestas y mecanismos de defensa y protección que blinden a la universidad en las libertades democráticas, la seguridad e integridad personales, la libre expresión, la movilización, la pluralidad y demás derechos.
Como Mesa de Derechos Humanos, a la vez que rechazamos categóricamente la situación de las amenazas exaltamos las acciones y expresiones por la defensa de la democracia, así mismo hacemos un llamamiento URGENTE para fijar las acciones que promuevan y afiancen la defensa y garantía de derechos con el fin de evitar llegar a situaciones tan lamentables y violatorias como los asesinatos impunes en un contexto de legitimación de la violencia en nuestro país.
Vemos igualmente necesario rechazar que al amparo y justificación de la política de seguridad democrática, y bajo informaciones deliberadas de sus organismos armados que aducen presuntas infiltraciones de “grupos terroristas”, pretende generalizar y estigmatizar a la comunidad universitaria, particularmente al estudiantado, haciendo que cualquier expresión crítica sea evidencia de pertenecer a fuerzas ilegales, legitimando su persecución y demás medidas represivas.
Tales intencionalidades se contraponen a un pensamiento democrático que precisamente se identifica por la libertad de controversia, de crítica, de oposición, de disentimiento, divergencia, movilización, protesta y demás; contrario al actual afán unanimista gubernamental y defensor de las deplorables condiciones capitalistas salvajes existentes; tal ejercicio no puede entenderse ni aceptarse como inspiración terrorista porque por ésta vía lo que se pretende es acabar con la democracia.
Reiteramos el llamado a la movilización de los sectores sociales y al compromiso institucional para adoptar acciones concretas que prevengan y contrarresten las condiciones de intimidación, persecución y subsiguientes hechos de desaparición, asesinatos selectivos y masacres.
Por el respeto y garantía de las libertades democráticas y la vigencia de los derechos humanos.
COLECTIVO DE DIRECCIÓN Y ORGANIZACIONES INTEGRANTES
MESA PERMANENTE POR LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS
Y LO PÚBLICO – DEFENSORÍA CIUDADANA
Tunja, septiembre de 2008