Por Luis Bernardo Díaz
Presidente Asoprofe-UPTC
Usualmente los banqueros son hombres muy parcos y atildados, pues parten de la premisa según la cual "uno es dueño de sus silencios y esclavos de sus palabras". Por ello hablan muy poco, pero cuando lo hacen en el actual sistema hegemónico determinan las políticas del Estado. Las ganancias en lo que van corrido del año del sector financiero se acercan a la suma de $10 billones y en el Consejo Comunal de la justicia cuando el parlamentario boyacense Rondón le dijo que tocaran a los bancos para pagar a los funcionarios de la Rama judicial, Uribe saltó defendiéndolos a capa y espada con su Ministro de Hacienda, el cual insinuó que son víctimas de exageradas cargas tributarias.Habló uno de los banqueros más ricos de Colombia y del mundo: Luis Carlos Sarmiento Angulo, y dijo que la falta de justicia en Colombia generó la guerrilla. Desde luego, no se refiere a la justicia social, sino a la procedimental.
El banquero se ha visto afectado en el trámite se sus miles de hipotecarios y ejecutivos que se surten en los Juzgados y se incomodó por la mora en el paro convocado por Asonal. Ese es el verdadero quid de su intervención, la afectación de sus intereses. Por ello bastó una llamada al Presidente para que éste de manera precipitada e inconstitucional decretara la conmoción interior, la cual es una figura para situaciones gravísimas que no se puedan conjurar con los mecanismos ordinarios. Este paro sí se podía arreglar por los medios de la concertación. No cabía volver a colocarle un paréntesis a las instituciones y a las libertades, que bien deslegitimadas y conculcadas se encuentran. En su momento la Corte Constitucional le tumbó a Samper una declaratoria de conmoción interior por la muerte de Alvaro Gómez Hurtado.
La justicia civil trabaja gratuitamente para el sector financiero en un alto porcentaje. Valdría la pena entrar a cobrarle costas dado que son multimillonarios, para así generar recursos en pos de la dignidad judicial. No podemos olvidar las situaciones vividas con el UPAC y la UVR donde los banqueros han cometido en connivencia con el estado todo tipo de atropellos: una casa terminó costando muchas veces su precio real por lo cual se han suicidado 3.000 personas. Allí está el origen del déficit crónico de vivienda de interés social y en general de los estratos populares y medios.
Hoy es un lujo tener casa propia. La concentración de la riqueza en Colombia está en buena parte en manos de los banqueros y nadie los toca pues financian campañas políticas. A veces "se les conmueve el corazón" –si lo tienen- y se acuerdan de la universidad pública de la cual egresaron para regalarle un edificio inteligente, dado que el Gobierno asfixió financieramente a la universidad pública. Es lo que denominamos la patrimonialización del régimen. Enclaves económicos que se apoderaron de la economía nacional y que dominan la política. Dicen que los banqueros son buenos en el fondo, lo que sucede es que a veces no se les ve.
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