Lo sucedido en la Universidad pedagógica y Tecnológica de Colombia, no es un hecho ni esporádico, ni casual, la espiral de violencia que termina con la vida del joven Ricardo Molina es la culminación de un proceso de degradación de sectores al interior de la Universidad, de la cual he sido testigo, observador de proyectos políticos dentro del estudiantado, montados en un esquema de clientelismo, que lleva una década cogobernando y tolerando actividades ajenas a la académica y vida universitaria para mantener un poder y dominio dentro del movimiento estudiantil, han convivido y reproducido lo que hoy se devuelve en contra de todos, contra ellos mismos, como un monstruo que genera daño, muerte y crea desgobierno y retroalimenta las fuerzas violentas, narcotráfico etc.
La toma de la universidad el 20 de marzo, por una estructura violenta que obligo a profesores, estudiantes y personal administrativo en un acto vergonzoso de extorsión a entregar dineros, so pena de ser agredidos, es ajeno absolutamente a la idiosincrasia del estudiante de la Uptc. Este fenómeno no se formo de la noche a la mañana, son estructuras que se han convertido en un poder interno, que han superado a quienes propenden por formas no violentas, ni clientelistas dentro del movimiento estudiantil.
La toma de la universidad el 20 de marzo, por una estructura violenta que obligo a profesores, estudiantes y personal administrativo en un acto vergonzoso de extorsión a entregar dineros, so pena de ser agredidos, es ajeno absolutamente a la idiosincrasia del estudiante de la Uptc. Este fenómeno no se formo de la noche a la mañana, son estructuras que se han convertido en un poder interno, que han superado a quienes propenden por formas no violentas, ni clientelistas dentro del movimiento estudiantil.
La corrupción y politiquería, que se tomo la universidad con la llegada del rector GUSTAVO ALVAREZ, ofende las necesidades del estudiante pobre, que llega de la provincia , las nominas paralelas, malversación de recursos han creado de forma absurda una respuesta anti institucional, y auto destructiva, ( Caso capilla universitaria), con algún respaldo en un sector de la base estudiantil.
La respuesta a la degradación no merece sino unas posturas claras y contundentes, poner puntos de vista críticos en estos momentos, puede parecer un acto de frialdad pero es más honesto, que abrazarnos hipócritamente para que todo siga igual. Las estructuras violentas no se van a disolver, ni las prácticas corruptas y clientelistas, ni el micro trafico existentes, se van a suprimir con los hechos trágicos, hasta que no haya claridad, y no se tomen las acciones al interior de los estamentos, y la sociedad civil se involucre, indignada en un BASTA YA, y hacer un llamado enérgico a quienes tienen el poder en la universidad y han permitido tal vez sin proponérselo, crear no un escenario de vida, de formación y construcción, sino de muerte.
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