En Tunja, las madres comunitarias, las de los jardines, las madres sustitutas, en cerca
del millar, fueron llegando desde
tempranas horas a la Plaza de Bolívar,
sitio de encuentro. De colorido se convirtió la nublada mañana, y de gritos
y pitos, de exigencia para que las atendiera el Alcalde de Tunja Fernando Flórez,
y el Gobernador Juan Carlos Granados, ninguno de los dos funcionarios se
dignaron recibir a las madres
comunitarias, que querían hablar de los hogares agrupados, del sufrimiento que
les da la discriminación laboral, la negación de prestaciones sociales y de servicios,
del sacrificio de poner sus casas para atender los hijos de los pobres.
En fin son cerca de 30 años, que mujeres fundadoras del programa, con rabia y llenas de dignidad quieren ser escuchadas, el pago dicen ellas "no puede ser que nos nieguen nuestra existencia por no ser bachilleres, o porque ya somos demasiado viejas", "el estado nunca ha hecho nada para capacitarnos, todo lo hemos logrado con nuestro propio sacrificio"
Sobre las 10 de la mañana, la
marcha partió para la sede Central de Instituto colombiano de Bienestar familiar,
con un recorrido de 6 kilómetros atravesaron la ciudad, a su llegada al centro
del ICBF las esperaba la Directora Regional Nerlly Valencia
Castañeda, y un grupo de funcionarios y funcionarias, la marcha numerosa hacía sentir
su fuerza; se leyó un documento donde se plasman las razones de la marcha, agregando
que les están demorando los pagos, mas de dos meses, que la Directora nunca les
da la cara, que no tienen pago en salud, que las persiguen y se siente una
actitud deliberada para acabarlas; La directora
interviene propone una mesa técnica de trabajo, se disculpa "el tema de la política
de hogares agrupados no es mío", dice es del gobierno, finalmente se conformo la mesa técnica de dialogo, con 11 representantes de madres de las zonas, en que se divide la ciudad
y varios municipios que asistieron a la marcha, las mujeres saben que muchas veces las han engañado, son desconfiadas, ellas
comparan el programa de los hogares agrupados, con lo que ha pasado con otros
programas semejantes, el Plan papa y
aprender en Boyacá, donde operadores
privados montan un negocio con funcionarios públicos y luego terminan por robarse los recursos de los programas de los niños, y el trabajo a las
mujeres voluntarias y el suministro a proveedores. Las madres comunitarias darán la pelea, finalmente no
saben otra cosa, que atender niños durante 30 años, en eso se les ha ido la
vida, recibiendo menos de la mitad de un salario mínimo sin derecho a una pensión.
En fin son cerca de 30 años, que mujeres fundadoras del programa, con rabia y llenas de dignidad quieren ser escuchadas, el pago dicen ellas "no puede ser que nos nieguen nuestra existencia por no ser bachilleres, o porque ya somos demasiado viejas", "el estado nunca ha hecho nada para capacitarnos, todo lo hemos logrado con nuestro propio sacrificio"
Avenida Central Norte Tunja. A llegada a Instalaciones a ICBF |
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