La medida del taxímetro en Tunja, fue un hecho apresurado y careció de un serio estudio técnico y de impacto que disminuyera el efecto sustitución, y de rechazo que hoy se tiene por los costos de las tarifas de algunos recorridos dentro de la ciudad.
Jorge Moreno antiguo secretario de transito, tenia en mente el negocio de los taxímetros, no así un eficiente servicio publico de taxis. Los hechos demuestran que en materia de movilidad y calidad de transporte publico, Tunja ha venido empeorando con los años, el parque automotor tanto de buses, microbuses y taxis, supero la demanda y frente a los costos operacionales se hace deficiente; los estudios que han realizado profesores y estudiantes de la UPTC, demuestran que el 53% de desplazamiento del transporte publico en Tunja, se hace con los carros vacíos, luego esta deficiencia se le traslada a las tarifas, y en el caso de taxis en el banderazo.
Esta deficiencia, ha generado un déficit de infraestructura urbana que se traduce en graves embotellamientos, y perdida de movilidad. En la actual administración, se cambiaron sentidos de rutas, se crearon bahías, se invierten recursos importantes en policías de transito, que en la practica no ha servido sino para trasladar los problemas de un lugar a otro.
Para la vigencia del 2007, se han proyectado inversiones en infraestructura en cerca de 7.000 mil millones de pesos, en la necesaria pavimentación y reparcheos urbanos, en recebo para vías veredales, en otros casos obedeciendo a compromisos políticos, pero no se agrega un metro de construcción nueva en infraestructura, que le de cumplimiento al plan maestro de movilidad que debe cumplirse por mandato legal.
Los perjudicados son los ciudadanos en conjunto, que se ven agredidos por un sistema de transporte publico deshumanizado, y quienes viven como empresarios particulares del alquiler de buses, micros y taxis, al igual que los pequeños propietarios. Este gremio tan importante y numeroso genera empleo directo e indirecto, especialmente el de los taxis, quienes ven caer su rentabilidad, por la negligencia de quienes duraron tres años sin aumentar tarifas generando una reacción adversa de los usuarios de taxi frente a las alzas que se presentaron con la adopción del taxímetro.
Racionalizar el tema del transporte público y particular en Tunja, es una prioridad, no se pueden seguir presentando abusos en cuanto a cupos que permitió enriquecer a unos cuantos a costas de la tranquilidad ciudadana y de una sana competencia en el sector. Evitar el canibalismo y poner en cintura a quienes instalan sensores ilegales en las puertas de buses donde se entra gateando, hay que evitar el destajo y sobre explotación laboral en el sector y buscar medidas para ayudar a usuarios y taxistas; los sobrecostos en el valor del taxímetro se están investigando y los taxistas deben agremiarse más allá de los gerentes de empresas que solo les interesa el cobro del rodamiento de $27.00 mensuales a los 2000 taxistas de la ciudad.
Pedro Pablo Salas H.
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