En la práctica sin embargo la realidad contrasta con las intenciones, no ha existido ninguna recuperación económica, salvo en los renglones consolidados que incluyen unos sectores muy específicos de la industria extractiva y la minería, con pequeños nichos consolidados en el turismo, con exclusión del resto del territorio que padece la penurias del abandono y el atraso donde la pérdida de rentabilidad se traduce en el abandono de la actividad.
Quienes analizan el consolidado nacional del crecimiento de la riqueza han podido comprobar, que el crecimiento se dio en sectores extractivos y especulativos que no generan mayor empleo, y por el contrario sustituyen mercado interno, mano de obra e ingresos. Por el contrario el capital e insumos importados aumentan, es el caso del sector financiero, la industria del petróleo y cultivos de tardío rendimiento como la palma africana, oleaginosas vinculadas a la producción del biocombustible y la industria automotriz.
Nunca antes se había podido comprobar con mayor contundencia la separación que implica dentro del neoliberalismo el crecimiento de la riqueza y en el mismo sentido el crecimiento de la exclusión y la pobreza, con los elevados niveles del desempleo y subempleo que han sido la lacra que el gobierno de Uribe II no ha superado a pesar de todo el asistencialismo social.
La inquietud es válida para quienes se vienen ilusionando o ilusionan a los demás con el discurso de la empresa y el empleo, ¿que tipo de empleo y con que instrumentos van a generarlo?, ¿que criterios de políticas de costos de producción o creación de mercados internos o externos tienen para generar la competitividad, que cambie el punto de caída de la producción real?
No puede ser que sean los mismos y brutales argumentos de la banca de oportunidades de Uribe II, por que eso mas que una solución es una forma de mentir en público y especular en contra de los mas pobres, o agro ingreso seguro que esta destinado exclusivamente a un pequeño sector de los productores protegidos por el régimen. Los campesinos que escucharon al ministro agricultura Arias, con las ayudas para los afectados por las heladas del comienzo de año, saben muy bien que políticas de ayuda de este gobierno pueden esperar.
En estas condiciones el escenario promoción del departamento en el empresarismo y el mercaderismo ha venido cayendo desde la década de los 90, en varios renglones de la metalurgia y especialmente del sector agropecuario. En la era Londoño, las privatizaciones y descapitalización del departamento han profundizado con la privatización de Acerias Paz del Rio, la entrega de las tres generadoras de termo paipa, la privatización del ISS, mercadeo de Comfaboy, la privatización de Telecom, Adpostal, Incora, reestructuración hospitalaria con mas del 3000 despedidos, en el Icba con mas de 100 y ahora la inminente venta de
Todas estas son perdidas de empleo y riqueza regional, de verdaderas empresas productivas, y empleos calificados, es una verdadera muestra de apartheid económico, que lleva a mayor pobreza y no puede subvalorarse ante el discurso embrujado que habla de un empresarismo sin un sentido critico de lo que esta pasando, lo cual significa una mentira, que el elector no puede por más conservador que sea perdonarse.
La solución está en que el Estado vuelva a tomar la iniciativa y el sector privado se someta a unas reglas de planeacion, incentivos y regulación claras para redistribuir ingreso y riqueza en el departamento.
PEDRO PABLO SALAS
CONCEJAL PDA TUNJA
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