Boletín de Prensa
La crisis de papicultores: Ausencia de políticas ya probadas para la agricultura exitosa.
Cuando el expresidente Cesar Gaviria y su ministro Alberto Moreno aceptaron las exigencias del Banco Mundial para que la cebada y el trigo que consumimos los colombianos provenga de los excedentes norteamericanos, estaban expidiendo el acta de defunción de estos dos cultivos en Colombia y de carambola la de la papa. Hasta allí nuestros agricultores rotaban el cultivo de la papa con estos cereales, necesaria para el control de plagas y enfermedades, pero al extinguirlos, se induce al monocultivo de la papa. Entonces se utilizaron eufemismos como el de “bienvenidos al futuro”. Por esos años se liquidó también el Instituto de Mercadeo Agropecuario, que garantizaba la compra de la cosecha y un precio de sustentación de algunos cereales.
La importancia socioeconómica de la papa en Boyacá se palpa en sus 82 municipios productores[1], las 22 mil hectáreas con dos cosechas anuales, las 35 mil parcelas, los 50 mil productores directos, y las 800 mil toneladas producidas al año. Además de la dinámica que le imprime al sector transporte y al comercio.
Aquí hace falta una política de fomento, y defensa del agro, que hace siglos se practica por los países donde la agricultura ha tenido éxito como en Europa, Norteamérica y Japón, compra de la cosecha y precios de sustentación rentables y estables garantizados por el Estado; créditos suficientes, oportunos y baratos; protección arancelaria y para arancelaria con rechazo a la introducción de productos que puedan competir con sus productores nacionales. Además de investigación científica y tecnológica, distritos de riego, subsidios a los insumos y también directos, todo con financiación estatal y planeación de la cantidad a producir, garantía de ingresos a los productores cuando no se les permite sembrar
Al contrario, se impulsa el Tratado de Libre Comercio que implicaría perpetuar la extinción del trigo y la cebada necesarios para la rotación de nuestros papicultores, pero además traería la invasión de papa gringa subsidiada con productividades de 50 y 60 toneladas por Hectárea en USA frente a 18 y 25 en Boyacá, con variedades de papa gringa inmunes a plagas y enfermedades mientras nuestros papicultores gastan el 70 por ciento de los costos en estos controles con químicos made in USA.
El libre albedrío de las fuerzas del mercado, sin la adecuada intervención estatal, son condiciones para la ruina de los papicultores y peor aún frente al TLC con Estados Unidos: Costos de producción entre 50 y 70 mil pesos frente a precios de 10 mil al productor.
Tunja, 3 de agosto de 2007. Oliverio Castillo Burbano – Coordinador Boyacá.
La crisis de papicultores: Ausencia de políticas ya probadas para la agricultura exitosa.
Cuando el expresidente Cesar Gaviria y su ministro Alberto Moreno aceptaron las exigencias del Banco Mundial para que la cebada y el trigo que consumimos los colombianos provenga de los excedentes norteamericanos, estaban expidiendo el acta de defunción de estos dos cultivos en Colombia y de carambola la de la papa. Hasta allí nuestros agricultores rotaban el cultivo de la papa con estos cereales, necesaria para el control de plagas y enfermedades, pero al extinguirlos, se induce al monocultivo de la papa. Entonces se utilizaron eufemismos como el de “bienvenidos al futuro”. Por esos años se liquidó también el Instituto de Mercadeo Agropecuario, que garantizaba la compra de la cosecha y un precio de sustentación de algunos cereales.
La importancia socioeconómica de la papa en Boyacá se palpa en sus 82 municipios productores[1], las 22 mil hectáreas con dos cosechas anuales, las 35 mil parcelas, los 50 mil productores directos, y las 800 mil toneladas producidas al año. Además de la dinámica que le imprime al sector transporte y al comercio.
Aquí hace falta una política de fomento, y defensa del agro, que hace siglos se practica por los países donde la agricultura ha tenido éxito como en Europa, Norteamérica y Japón, compra de la cosecha y precios de sustentación rentables y estables garantizados por el Estado; créditos suficientes, oportunos y baratos; protección arancelaria y para arancelaria con rechazo a la introducción de productos que puedan competir con sus productores nacionales. Además de investigación científica y tecnológica, distritos de riego, subsidios a los insumos y también directos, todo con financiación estatal y planeación de la cantidad a producir, garantía de ingresos a los productores cuando no se les permite sembrar
Al contrario, se impulsa el Tratado de Libre Comercio que implicaría perpetuar la extinción del trigo y la cebada necesarios para la rotación de nuestros papicultores, pero además traería la invasión de papa gringa subsidiada con productividades de 50 y 60 toneladas por Hectárea en USA frente a 18 y 25 en Boyacá, con variedades de papa gringa inmunes a plagas y enfermedades mientras nuestros papicultores gastan el 70 por ciento de los costos en estos controles con químicos made in USA.
El libre albedrío de las fuerzas del mercado, sin la adecuada intervención estatal, son condiciones para la ruina de los papicultores y peor aún frente al TLC con Estados Unidos: Costos de producción entre 50 y 70 mil pesos frente a precios de 10 mil al productor.
Tunja, 3 de agosto de 2007. Oliverio Castillo Burbano – Coordinador Boyacá.
ASOCIACION NACIONAL POR LA SALVACION AGROPECUARIA SECCIONAL BOYACA
Carrera 10 No. 22-97 Interior 03 Edificio Canapro Tunja – Celular 3114929166 oliveriocastillo@yahoo.com
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