Gustavo es un rebelde y un convencido de lo que hace, su campaña ha sido un ejercicio de maximización del sacrificio personal, por llegar a todos los rincones del país, hablar con la gente en la calle, rompió con la tarima o la comodidad de las salas para conferenciar, para hablar, ha dejado que los otros desde calle le hablen, le pidan un empelo, una recomendación, le regañen o incluso lo improperien, ha permitido que el abrazo al valor y al coraje de viejo lo arrope, Gustavo ha decidido que en la heterogeneidad del pueblo existe una reserva moral, la que el mismo practica, lo que el ha querido buscar, y lo que es el fin ultimo, la verdad, los anhelos de justicia, la posibilidad de revivir la esperanza de que es posible una sociedad sin odio y sin guerra, respetando al otro, donde la diferencia sea lo positivo, lo que permite avanzar incluyendo a los contrarios, sin llegar a la destrucción del otro a la negación. Gustavo quiso como muchos otros jóvenes rebeldes, cambiar las estructuras corruptas de la exclusión desde fuera, hoy ante el control del poder mafioso del estado se convierte en garantía de valor y ética para que desde la democracia restringida, y criminal, se batalle, así sea en condiciones desfavorables.
La praxis política, de este convencido de la salida a la crisis, social, política y moral que vive Colombia, lo convierte en un hombre capaz de hacer de la idea una realidad, de allí que su idealismo armado ha dado curso a un pragmatismo propositivo y político, maduro para una realidad compleja, que va mas allá del fundamento cerrado, y construye una nueva praxis, para dar curso a una realidad alcanzable, no se siente cómodo con una retorica auto afirmativa, es necesario llegar a las instancias de poder para transformar, para que el dolor como negación del ser humano, del colombiano excluido y maltratado pueda cambiarse, y transformar la estructura social, la del estado mismo, en beneficio de todos, de la nación entera, hacia el triunfo del humanismo
Por ello, es que Gustavo en reconocimiento del otro, a llevado a grado superior la tesis de que con el otro, con el contrario hay que hablar y la realidad del pueblo raso, su condición de marginalidad político y cultural, nos esta llevando al esfuerzo máximo de raciocinio, y tolerancia finalmente es por ese pueblo por el que luchamos. Debemos votar este 27 de septiembre por estas ideas muchos en Boyacá lo estaremos apoyando
Pedro Pablo Salas Hernández
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