En Memoria de Campo Elías

Luchó con denuedo contra el cáncer y el parasitismo.

Campo Elías, trabajador de la Empresa de Energía de Boyacá falleció el sábado 26 de enero a la dos de la mañana en la Clínica Piñeros en la ciudad de Bogotá víctima de un cáncer que invadió su hígado y contra el cual luchó con paciencia y disciplina durante tres años. Su primera batalla fue contra el parasitismo de la EPS a la cual interpuso y ganó una tutela plena para que le brindara atención médica.

Su entereza lo llevó no solamente a observar la dieta y las quimioterapias, sino que tuvo la osadía para actuar como dirigente nacional de Sintraelecol desde donde se enfrentó con estoicismo a otro cáncer como lo es el de la privatización de las electrificadoras por parte del gobierno nacional para dar cabal cumplimiento a las exigencias de los parásitos financieros representados en el Fondo Monetario Internacional.

Sus compañeros escucharon sus sencillos pero contundentes argumentos en contra de la privatización y por la defensa del trabajo, cuando recorrimos piso por piso, oficina por oficina, persona a persona, el edificio de la electrificadora invitando a la Marcha por la Dignidad de Boyacá y la Defensa del Patrimonio Público que se realizaba al día siguiente 13 de diciembre al emblemático Puente de Boyacá, movilización que catalizó los acontecimientos políticos y jurídicos que frenaron la venta prevista para el siguiente martes 18 de diciembre, y que disgustó sobremanera a especimenes como el Ministro de minas y Hommes que pasan por la puerta giratoria desde el Estado Colombiano a las Multinacionales y viceversa.

Campo Elías fue acucioso en su lugar de trabajo, en el sindicato, ante los entes de control y el Estado no solamente para defender sus derechos sino también el de sus compañeros y de los usuarios frente a la arremetida del capital financiero multinacional y sus cipayos en el gobierno.

Cuando lo visitamos, con los compañeros del sindicato, tres días antes de morir, en la Clínica nos guió su esposa, una humilde pero diligente mujer, que distribuía su tiempo para la solícita atención de su cónyuge y la de su pequeña hija, y su temple oscilaba entre el llanto, la esperanza y el coraje, para sortear su modesta y atribulada estadía en Bogotá.

En su cama, a pesar de las dolencias, no se mostraba amilanado ni ante su cáncer biológico ni ante el cáncer neoliberal de las privatizaciones y sus negociados. Su vida se yergue como un ejemplo de lucha paciente y constante contra los mezquinos y anacrónicos intereses del capital financiero que agobian la vida familiar de los trabajadores y la soberanía de nuestra nación.

Tunja, 4 de febrero de 2.008.



OLIVERIO CASTILLO BURBANO
Actor Popular contra la venta de la EBSA.
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