Sobre el Viaducto de Tunja

Por: WILLIAM ENRIQUE TOCA DIAZ, Ingeniero de Transportes y Vías

Soy Tunjano egresado de la UPTC como Ingeniero en Transportes y Vías. Estoy completamente de acuerdo con el Consejal Salas en el sentido de que la obra no se planificó en forma debida, pues no solo debe obedecer a criterios de cuántos vehículos van a salir de una vía para utilizar otra, sino que debe pensarse de una manera más integral.

Además de estimar los flujos vehiculares que demandarán la infraestructura, es necesario establecer los impactos que va a tener esta sobre su área de influencia y las obras complementarias necesarias para su adecuada operación.

En el primer caso lo mínimo que se debía tener en cuenta era el nuevo esquema de circulación y la continuidad hacía el occidente de la ciudad; sin embargo se aprecia que de ninguna manera se previó esta situación y se optó por implementar un par vial formado por las calles 24 y 25, complementado con un cierre espantoso en las Nieves, "construido con prefabricados” (como una obra de 16 mil millones no tiene para por lo menos realizar unas canalizaciones decentes). Este cierre afecta a todos los viajes que se dirigen hacía el CAMOL, en ausencia de un esquema de circulación señalizado y claro que guie a los conductores, estos optan por realizar maniobras peligrosas como giros izquierdos en intersecciones semaforizadas donde el diseño de fases no los permite o, en el caso del transporte público realizar desvíos no autorizados a voluntad de los conductores y en detrimento de los pasajeros. A este panorama se le suma un cambio de sentido en la Calle 21 entre carreras 10 y 11, que ha generado congestión generalizada en la intersección de la carrera 11 con calle 21 A (Hotel Hunza) y la generación de colas sobre la carrera 11, que antes no se veían.

Respecto a la continuidad hacía el occidente, no hay que ser Ingeniero de Tránsito para saber que, de cumplirse las estimaciones de tráfico realizadas por la Universidad, la obra en vez de brindar una solución para la movilidad de la ciudad creará un cuello de botella por la ausencia de vías. Ahora bien, si las estimaciones de tráfico no se presentan en la realidad, se tendrá una obra de 16 mil millones de pesos que será utilizada por un flujo vehicular irrisorio que no justificaría semejante inversión.

Respecto a las obras complementarias (ya mencioné el lujo de cierre de Las Nieves), es necesario construir en el corto plazo un corredor que le dé salida a estos flujos vehiculares hacía el occidente de manera fluida, ágil y segura; es más, en mi concepto, primero se debió realizar la ampliación de las vías y la generación del corredor y luego sí la construcción del viaducto.

Espero que estos comentarios redunden de manera crítica y positiva en un nuevo esquema de planificación de la ciudad, a fin de invertir de la mejor manera los escasos recursos públicos (sean de la nación, la gobernación o la alcaldía). Ahora que la obra está construida y no se puede hacer nada más, solo resta establecer la demanda de tráfico real, para con base en esto poder tomar medidas desde un punto de vista técnico y “mitigar” en algo los impactos negativos que se generaron.

Como corolario, hago una invitación a Tunjanos y Boyacenses para que no traguemos entero de la publicidad desbordada de estos proyectos, que nos venden como la panacea, pero que como vemos adolecen de un criterio técnico adecuado.