Lo que pasa en Bogotá, parece una guerra política contra una administración, que llego a innovar, a construir nuevas relaciones donde lo público está en el centro de la disputa, y donde el lucro de particulares esta subsumido en el odio por las re negociaciones que se están presentando en Bogotá. Petro pretende mostrar que hay otras realidades, posibles de construir distintas a la exclusión perpetua, la negación de los otros. En este contexto se explica la fuerza de los medios y los disparos diarios armados según muestran las evidencias en la noche entre empresarios y poderosos medios y periodistas, para destruir la moral de los ciudadanos.
No se puede descartar peores escenarios incluyendo que desde la Procuraduría el recién reelecto procurador pacientemente pueda estar tramando el destino final, el golpe de gracia, al Alcalde. Un concejo acostumbrado a defender privilegios e intereses particulares empeñados están en sabotear la administración de Petro no importa el daños la ciudad, con tal de no dejar que nuevas realidades se construyan y que el paradigma de Bogotá, se pueda replicar en el país. Petro ha demostrado que es posible bajar los servicios públicos al valor del agua, abaratar el trasnmilenio, innovar en el manejo de las basuras, que los lugares centrales de la ciudad se conviertan en desarrollos urbanos para los trabajadores, no para la especulación inmobiliaria, que los lagos, los cerros hay que dejarlos para guardar la vida presente y la futura; intenta demostrar que es posible una nueva forma relacionarse la gente, la alternatividad que se construye en Bogotá, esta transversalizada por lo humano profundo, derecho al aborto, a prácticas sexuales libres y autónomas, a darle la cara al problema de la drogadicción, envolvente realidad en un universo atrevido de reconstrucción intento donde el dolor humano interviene en las políticas de la Bogotá Humana, el triunfo de lo común sobre la indiferencia un propósito noble, tal vez moderno, para que aun se entienda, y para que los que lo deben defender lo defiendan.
Bogotá es un ciudad que ha dado la mano a millones de colombianos ese es su patrimonio público, invaluable, por ello la discusión va más allá de lo que pasa en el distrito se ha convertido en un debate nacional, muchos tenemos deudas, morales con Bogotá, allí trabajamos, nos educamos, nos formamos. Necesario que las criticas sanas que vienen de sectores, del concejo, y algunos muy pocos sectores de opinión sean tenidas en cuenta por el Alcalde, lo peor que le puede pasar a Petro es perder grupo de aliados que aún le quedan, y perder apoyo popular, el margen de paciencia aún existe en la gente, que son conscientes de las dificultades y enemigos que tiene la administración y valoran que existe una buena voluntad, pero este límite es frágil, y quienes lo quieren destruir no van a perder oportunidad, de atacarlo como lo están haciendo, hay que evitar que este sector recalcitrante pueda inclinar la balanza a su favor, y hacerse vulnerable al nuevo institucionalismo armado por corruptos para acabar dirigentes progresistas, jurídicamente.
Entregando el periódico del Distrito de Bogotá Humana, en la ciudad de Tunja, pude observar la intensidad del debate y como lo percibe la gente, hay solidaridad con Petro, el exceso de persecución también causa efectos contrarios, pero también hay critica, a grados evidentes de improvisación, que es necesario corregir, planear, para que se pueda sacar adelante ese sueño de construir una nueva forma de gobernar y demostrar que si es posible hacer ciudades, igualitarias y diversas, incluyentes en lo social, y donde el triunfo de lo público sea una realidad a mostrar