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Foto: Municipio de Tunja |
El descontento ciudadano es generalizado, y existe una clara resistencia a no creer en nuevas promesas, la pérdida de credibilidad afecta a todo el estamento político y gubernamental de la ciudad, es por eso que convocatorias con buenas intenciones solo podrán realizarse demostrando que efectivamente se lucha contra el sector corrupto que se apodero hace unos años de la administración de la ciudad, y que los recursos que quedan luego de pagar $24.000.000.000, veinte cuatro mil millones de pesos en funcionamiento, $6.500.000.000 seis mil quinientos millones de deudas a los bancos, los cerca de $ 9.000.000.000 nueve mil millones de destinación especifica, en cofinanciación de inversión, es decir que con la nueva actualización a duras penas alcanza calmar en algo la crisis del mal estado de la malla vial.
Recursos nuevos para inversión social no existen, si a esto se le agrega, que el nuevo Sisben III, dejo miles de familias sin subsidios, de los programas de salud, familias en acción, gratuidad escolar, programas de bienestar familiar, y que ahora deben ser cubiertos por el municipio, lo que crea una presión social enorme sobre los limitados recursos. A unos pocos sectores en la ciudad les va bien, a las empresas privadas de los servicios públicos, que no detienen sus abusos, a algunos constructores, y a los bancos, que se llevan cerca del 10% del recaudo de impuestos.
Como si fuera poco ahora el Alcalde anuncia un incremento del transporte urbano, del $100 pesos para buses y $200 en taxis que resulta oneroso frente a la pobreza y desempleo existente. La protesta ciudadana, no da espera, aunque esta deba enfocarse en los responsables de arrojar a la miseria, a tanto ciudadano, que hoy pareciera no encuentra salida a su crisis, que cada vez se hace mas grave.
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