Congreso Dignidad Agropecuaria |
“El desarrollo de la forma capitalista de producción ha
seccionado el nervio vital de la pequeña explotación de la agricultura, la
pequeña explotación agrícola decae y marcha irremediablemente hacia la ruina”(Federico Engels,1894), el problema campesino en Francia y Alemania, ya desde 1894 se colocaba el mercado
internacional del trigo y demás bienes agrícolas como un problema que hacía
imposible la competencia de precios que se desataba desde entonces, en los
productos de Estados unidos. El campesino agrupado, gregario, propietario de
una pequeña parcela en estas condiciones le es imposible conservar su propiedad
y competir, en un mercado abierto y global, caminando inexorablemente a su proletarización
con la pérdida de su medio de producción la tierra.
¿Qué es lo que ha permitido entonces que en Colombia sobreviva la pequeña producción agrícola?, ¿Por qué aun
el 25% de la población vive en el campo a pesar de todos los males que han
soportado este sector de la economía, guerras, TLC, destrucción del Estado en
el sector rural etc.? ¿Por qué en estas circunstancias el 60% de la oferta agrícola se sigue produciendo en el país? El tema rural es un
ejercicio más complejo de lo que a simple vista se
puede observar y es en este sentido que se debe responder a las inquietudes que
surgen del sector rural.
En el Congreso agrario realizado el 6 de octubre, se elaboró una
agenda que viene siendo factor de profundas luchas, de los más diversos
rincones en Colombia, de esos campesinos gregarios que dijera Engels, y que han
puesto al gobierno a pensar nuevamente en una política que resuelva la gran crisis
que afecta el sector agropecuario, puntos que van desde las renegociaciones de
los tratados de libre comercio y políticas cambiarias, es decir una exigencia
macro que afecta el modelo de libre mercado actual hasta un presupuesto suficiente
y medidas excepcionales del estado, que permitan resolver problemas
estructurales de costos, sustentación de precios, volver al viejo anhelado
INCORA que intervenga en la compra de cosechas para regular precios de mercado,
resolver la deuda campesina que es mínima, pero que tiene unos estragos enormes
para los pequeños agricultores, intervenir ante los mercados oligopólicos de
insumos agrícolas, exigen una política de investigación, aplicada para el caso
de las necesidades, regionales de la producción agropecuaria, crédito barato,
seguros de cosecha, inversión en infraestructuras etc.
¿Está el estado dispuesto a cumplir con una política mirando
a la pequeña producción agropecuaria en el país?, ¿o se inclina por las
alianzas productivas distintas a las luchas y exigencias que están planteando
los campesinos asistentes al congreso de dignidades en Bogotá?, ¿cuál va a ser el modelo, que defina el gobierno para atender el campo de acuerdo a
sus criterios y prioridades preso de unas políticas que se han venido imponiendo
lentamente y adatando para que sea el mercado quien resuelva el problema de
quienes se quedan o quienes se deben ir del campo?.
La mujer y la seguridad alimentaria |
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