La cooperativa de vendedores ambulantes y estacionarios de Tunja, se origino en 1992, y legalizo su personería jurídica en 1997, nació como resistencia ante las permanentes agresiones de la fuerza publica en contra del derecho al trabajo, articulo 82 Constitución política. 20 años después existen200 trabajadores cooperados, con reconocimiento de las administraciones y una junta directiva que resuelve los permanentes conflictos que se suscitan en su interior, la reubicación que es su sueño aun no ha sido posible.
Estas familias cumpliendo con los estatutos y la ley de cooperativismo organizaron el pasado 20 de julio la reglamentaria convivencia, con una salida a el municipio de Cite Santander, Mas de 400 personas entre adultos y niños ingresaron al centro vacacional, compartieron un día de esparcimiento algo que no es muy común en personas dedicadas a duras y largas jornadas de trabajo y que muy poco tiempo y recursos disponen para esta actividad.
Música, tejo baile, piscina, juegos y lúdicas a cargo de un grupo de re creacionistas de un colegio de la ciudad, fueron el goce de chicos y grandes, desayuno y un almuerzo que coordino el mismo Presidente de la cooperativa Jorge Cusaria y varias voluntarias del mismo sector informal.
Aunque era mucha la gente, la armonía y el espíritu de hermandad y solidaridad fue la compañera de toda la jornada, una auto gobierno del pueblo y un gasto tan ínfimo de recursos que demuestran cuantas cosas puede hacerse con generosidad, para darle felicidad a sectores de la clase trabajadora que no gozan ni de la protección del estado y en el abandono total de la dignidad y seguridad social. Una muestra importante que el pueblo cuando quiere puede, y muchos lo pueden hacer.
Distinta la realidad que viven comunidades de barrios de nuestra ciudad segregados por la exclusión, el abandono y choque violento en comunidades de mismos sectores, como pasa en barrios de la ciudad, donde hoy hace presencia el microtrafico. Un fracaso del modelo policial de represión, y del municipio, la Iglesia como articuladora de la comunidad, religiosidad y explotación política de sentimiento religioso pululan en celebraciones religiosas en nuestra ciudad, como las del Virgen del milagro y del Carmen, una vulgar manipulación que antes que generar motivación, integración y solidaridad terminan en riñas y batallas campales, de unas comunidades que parecieran no tener fututo como proyecto social comunitario. El fracaso de la escuela y la cruel soledad y frustración de una juventud que opta por el Suicidio, antes que soportar la tortura de una pobreza que los margina y un futuro que no les promete nada.
En esta ciudad que endiosa el cemento y ladrillo, se olvida de los intangibles que son sagrados muchas veces para salvar vidas de la desgracia.
PEDRO PABLO SALAS HZ
CONCEJAL DE TUNJA
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