Porque marchar el 6 de diciembre por la Paz

Marchar el 6 de diciembre, es un deber de todos, la iniciativa como siempre la quiere capturar algún sector,  pero la marcha es de la sociedad en su conjunto que repudia los crímenes, que se cometen en contra de gente fuera de combate en el caso de los militares muertos en la selva, al parecer por las FARC pero con igual indignidad, la muerte de tantos inocentes que han caído por los efectos de la guerra interminable que vive nuestra nación.

En lo personal la marcha se cruza con un debate importante en el Concejo donde hay que estar atento por algunas iniciativas altamente inconvenientes para la ciudad, como facultar al Alcalde para gastar 20 mil millones de un crédito, de lo que resta del mes de diciembre; por esto posiblemente marchar en contra de la guerra no lo pueda hacer. Siento hoy más que nunca que los corruptos son otra forma de expresión de violencia mas soterrada pero si se quiere peor de criminal que los que disparan balas.

Por esto pedir que en Colombia se entre por el camino del dialogo, nos permite derrotar a quienes se lucran del negocio de la guerra, en el cuatrienio de Santos, se gastaran cerca de 100 billones en gasto destinado a la represión militar, incluyendo el recién aprobado Conpes, que entrega 7.2 billones de pesos, para mas pie de fuerza es decir mas colombianos disparando, mientras los jóvenes de las universidades de  Colombia luchan a brazo partido para que les den siquiera la tercera parte de lo que el gobierno acaba de entregar a quienes se preparan para disparar.

No es fácil derrotar tanto enemigo de la paz, no solo las fuerzas ilegales amamantadas del narcotráfico y el crimen no les interesa que en Colombia vivamos en paz, sino los señores de la guerra del establecimiento, el gran generalato acostumbrado a devorar la tercera parte del presupuesto nacional, y gozar de  todas las dadivas que significa tener un país incendiado. Por ello la sociedad civil, los trabajadores, los desempleados, los estudiantes, padres y madres de familia, campesinos, y el empresariado legal, no le temen a la paz, porque es la única forma de construir un país, posible donde todos quepamos, superando esta oprobiosa desigualdad que genera tantos odios.