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sábado, 19 de febrero de 2011

Una lección que debe aprenderse del paro camionero.

Foto. Paro camionero Puente de Boyaca. Hisrael Garzon R

Una vez el intransigente Ministro de transporte, suspendió el efecto del decreto que acaba con la tabla de fletes, los camioneros de Colombia levantaron el paro. En el Puente de Boyacá, estuve con ellos, vi sus rostros de gente trabajadora, acostumbrada a arduas jornadas para luchar por lo que ellos pelean “el pan de sus hijos”, es ese el que está amenazado, el que en nombre de la modernidad sin modernidad, quieren sacarlos del mercado, apunta de decretos.

El pueblo colombiano debe saber, existen poderosos intereses del capital, para ingresar en el transporte de hidrocarburos, minería, y carga en general, que ven en los miles de transportadores pequeños, unos competidores indeseables, de allí que eliminación de la tabla de fletes tiene como propósito crear condiciones que se aplica en la política neoliberal, y es la sobrevivencia del más fuerte, capitales poderosos y narcotraficantes.

¿Quiénes van a los sitios mas inhóspitos de los campos colombianos a sacar la comida, por las trochas que debe transitar un pobre camionero, para sacar la pequeña producción de los campesinos de Boyacá?, no serán los monopolios, a los que ese sacrificio no les es rentable, porque allí estas microeconomías del pan coger no tiene ninguna importancia. Este sacrificio solo lo hacen los curtidos hombres del transporte de carga, los que pararon en el puente de Boyacá, y Colombia que son finalmente los que movilizan el mercado interno, la producción interna. Las mercancías voluminosas de las importaciones, de los TLC la hacen los grandes negocios de los gremios de Confecar, la ANDI, con negociaciones directas de tarifas.

Los colombianos debemos aprender la lección, el paro camionero, es la posibilidad de revertir en Colombia una perversa política energética, especialmente en hidrocarburos, donde los colombianos hemos perdido, y se han enriquecido un puñado de intereses, de allí el injusto precio de la gasolina y el dissel, que es necesario revisar desde lo que son las concesiones. El pésimo estado de una malla vía destruida y unos elevados costos a través del sistema de peajes, y todo tipo de gabelas que elevan la canasta de costos en el sector y luego es transferida a los consumidores, entre otras muchas injusticias del sector.

El Ministro aprendió la lección que para futuros y eventuales paros camioneros, y entradas masivas para bloquear a Bogotá no se volverán a repetir. Pero los colombianos también deben aprender, a mirar los problemas no con la miopía de las tradicionales luchas sindicales, fraccionadas y aisladas, el pueblo de Colombia debe ver en un paro camionero la posibilidad real de unirse, de sumar las reclamaciones que este país necesita, la deuda social histórica que tiene el voraz apetito de enriquecimiento del puñado de ricos que gobiernan esta nación, un paro camionero deben ser la barricada de los pobres, que debemos revertir la agenda neoliberal que viene concentrando riqueza y masificando pobreza, con descaro y tragedia, en nombre de la modernidad, un paro camionero es el principio de un paro cívico nacional, el ultimo que se realizo fue en 1977, por un alza en el precio de la gasolina. Desde entonces nunca Colombia volvió a levantar su voz, porque la oligarquía habilidosa ha dividido a los pobres, sin que se haga posible la unidad de sus sufrimientos.

Felicitaciones a los camioneros, y debemos aprender de su coraje y valentía.

Foto. Paro camionero Puente de Boyaca. Hisrael Garzon R

Foto. Paro camionero Puente de Boyaca. Hisrael Garzon R