Elecciones estudiantiles en la UPTC, una oportunidad para cambiar

En Informe entregado a la presidenta de Asoprofe por parte de la Contraloría General de la Republica, en la modalidad de auditoria especial, para hacerle seguimiento a los planes de mejoramiento de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, se encuentran serios hallazgos, que comprometen anteriores y a las actuales directivas de la universidad en grasos errores legales, de contratación,  procedimientos  y planeación.

Desde el 2007, dice el mencionado informe se vienen contratando promedio cuatrocientos empleados administrativos temporales que representa el 41% del personal de planta. De todos es conocido el manejo político con la discrecionalidad  que tiene Rector y directivas de esta nomina. Sin embargo lo más delicado es la inobservancia de normas para elegir  directores de escuela, y por esta vía docentes ocasionales, muchas veces sin cumplir con los requisitos mínimos legales, en total para 2010 de 1507 docentes el 70%  son docentes de cátedra y ocasionales, mal pagos y sometidos a todo tipo de vejámenes ,que ha conllevado a una deserción de personas calificadas y una desmoralización generalizada del cuerpo académico de la universidad. 

Encuentra la Contraloría serios incumplimientos por convenios inter administrativos, con pérdidas de recursos millonarios, para la universidad.

La pérdida de bienestar universitario, que hace años es uno de los rubros de relleno, que anualmente proyecta la  institución;  en el informe en  mención se documenta que la condiciones sanitarias de los restaurantes estudiantiles deja mucho que desear, anti higiénicos, sin control de alimentos, de productos perecederos, como carnes, etc.  

En los 70 hallazgos claramente se identifican faltas disciplinarias, fiscales y penales, aunque la Contraloría lo omita es evidente que en la universidad sus dificultades son crecientes.

En estas condiciones se adelanta un nuevo debate estudiantil, hacia esta representación en el  Consejo Superior de la universidad.   Las voces que pudieran haber denunciado y transformado estas y otras fallas que atentan contra el interés de la comunidad universitaria, fueron sutilmente silenciadas por la cooptación del representante que llega a instancias de poder,  con la ley 30 de 1992,  estos dirigentes convirtieron en beneficio personal, y de un grupúsculo de amigos el cargo de representante de estudiantes en el Consejo Superior.   


El representante actual cumplió un papel desafortunado,  reprodujo y empeoro los niveles de clientelismo. Es necesario un cambio de rumbo, hay jóvenes que no tienen maquinaria, ni verde, ni azul pero que son capaces de dar un paso adelante para devolverle el respeto y la moral que se perdió hace años a los estudiantes, y trabajar por encausar su  rebeldía  por el debate y la propuesta  y no por la violencia.