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domingo, 14 de diciembre de 2014

Carta a los concejales de Tunja.

Estimados concejales.

Quiero a través de este escrito resaltar la labor dinámica que como personas y representantes políticos, de distintas corrientes hemos podido compartir al interior de la corporación.

Hoy tenemos un tema en común, que tiene profundas repercusiones para el futuro de la ciudad, y que ha merecido un tratamiento especial, y seguramente no pocas incertidumbres, frente a esta decisión como es el del nuevo  endeudamiento en el que se busca embarcar a la ciudad por el orden de los $13.000.000.000.

El derecho que nos asiste a tener distintos criterios frente a este tema, también nos exige el rigor, que como concejales hemos tenido, en dar facultades al Alcalde, en acatamiento estricto a lo que exige la norma, la conveniencia, y el soporte técnico de aquellos proyectos por los cuales se han pedido facultades, aprobando buena parte de aquellas que han consultado dichos criterios, y archivado, en un control preventivo, efectivo y oportuno, aquellas que significaban un riesgo para la ciudad.

 El interés público de ciudad, siempre será el racero que mide, la diferencia entre el interés personal y el general, un crédito es un punto de inflexión que requiere, ponderar, todas las consideraciones sociales, los costos de oportunidad, y de conveniencia, que valga decir carece la actual iniciativa, como también un criterio básico de medición de impactos, como puede ser la tasa de retorno, para proyectos de inversión social establecida por el Banco Mundial, en 12%, ¿es preferible un Patíndromo a la escuela rula del sur, cuya vida de 450 niños y niñas está amenazada por caída de un muro sobre dicha escuela, según diagnóstico técnico de la UPTC?, siempre he Compartido con ustedes que nuestras decisiones se basen en un principio de una óptima información, que no es este el caso.   

En el pasado Tunja fue perjudicada, por acciones de clase política local, quienes actuando en un claro interés particular, causaron un daño estructural,  los cuales hoy son un costo de vida para los tunjanos. En los años 80,90 negociaron cupos del transporte público, entregando unos privilegios y sobre oferta, que hoy paga  a un alto precio la ciudad. Se causó un  grave daño  en  procesos de politización y corrupción, a las empresas de servicios públicos, y luego estos mismos actores, tramitaron la privatización de todos los servicios públicos,  hoy este costo lo  pagan  los ciudadanos.
 Una ciudad que ha hecho  de su desarrollo urbano, un ejercicio inmoral de segregación social, dejándole de cobrar los impuestos a quienes se han lucrado con el desarrollo, dueños de la tierra, urbanizadores, constructores, grandes inversionistas del comercio y los servicios, quienes han causado toda suerte de externalidades negativas, como quitarle a la ciudad, su derecho  a vías, sus rondas de rio, sus parques, sus andenes, cárcavas  y sacrificio de todo tipo de espacios, para ciclo rutas, alamedas etc. trasladando minusvalía, al resto de la ciudad,  Por el contrario llevamos dos décadas de  Alcaldes que  han hecho de las  operaciones de crédito, un instrumento de financiación de obras, de las cuales pocos beneficios  se han visto, en este tema hay deudas incluso con la justicia, los créditos se convirtieron en un traslado de obligaciones a todos los contribuyentes  cuando  muchos de estos recursos, fueron malversados, y terminaron en actos de corrupción.

Por ello quiero dirigirme a través de esta nota, a una nueva generación de dirigentes políticos, que brinde otros criterios de construir una ciudad, justa con equilibrios, que permitan superar la segregación social, y construir la ciudad de las oportunidades, cuidando los recursos, con base en criterios de distribución de aquellas riquezas que se generan en las dinámicas propias de nuestro desarrollo, esa ciudad que podemos construir entre todos y todas, no es la de los créditos irresponsables, que trasladan las rentas de los contribuyentes a los bancos, sino la ciudad que podemos construir y compartir, entre todos si ejecutamos lo que establece  nuestro estatuto de rentas.  

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